Es importante tener en cuenta que no son estáticos, que pueden cambiar a lo largo del tiempo en función de las experiencias y relaciones de una persona y que no es sano usarlos para etiquetar, estigmatizar y juzgar. No obstante, conocer los distintos tipos de apego puede ser útil para comprender mejor tus relaciones interpersonales, ayudarte a chequear conductas o sensaciones que te son familiares y así poder trabajar en esas áreas que quieras mejorar en tu vida emocional y relacional.

Pero, ¿qué es el apego?

El apego es un vínculo emocional profundo y duradero que se desarrolla entre dos personas, generalmente entre un niño y su cuidador principal (por lo general, la madre o el padre). Es una conexión afectiva que influye en la forma en que las personas se relacionan y se sienten seguras en las relaciones íntimas a lo largo de su vida.

Se forma durante la infancia temprana a través de interacciones consistentes y sensibles entre el cuidador y el niño. Estas interacciones proporcionan al niño una sensación de seguridad y confianza en el mundo, lo que le permite explorar y desarrollarse de manera saludable.

La teoría del apego de Bowlby

El psicólogo John Bowlby fue uno de los primeros en desarrollar la teoría del apego, una de las más influyentes en el campo de la psicología del desarrollo. Señaló que los niños desarrollan diferentes estilos de apego según las respuestas que reciben de sus cuidadores. No obstante, también puede aplicarse a las relaciones entre adultos, donde las personas pueden experimentar patrones similares de apego basados en sus experiencias pasadas.

Es importante tener en cuenta que el apego es un concepto complejo y multidimensional que involucra aspectos emocionales, cognitivos y comportamentales. Juega un papel fundamental en el desarrollo humano y en la forma en que nos relacionamos con los demás a lo largo de nuestras vidas.

Así pues, el trabajo revolucionario de Bowlby ha tenido un impacto significativo en nuestra comprensión de las formas de apego, cómo se desarrollan y se mantienen los vínculos afectivos a lo largo de la vida, y las implicaciones psicológicas de estos procesos. Utilicemos su teoría para conocernos y conocer, para protegernos y proteger, para querernos bien y querer bien.

 

Los diferentes tipos de apego

Apego seguro

Estas personas se sienten confiadas, seguras y cómodas en las relaciones íntimas. Están a gusto aceptando la vulnerabilidad, expresando sus emociones y necesidades en las relaciones y apoyando a sus parejas, confiando en que estas escucharán y responderán de manera apropiada.

En la infancia han experimentado relaciones tempranas consistentes y afectuosas con sus cuidadores, lo que les ha permitido desarrollar una base segura para explorar el mundo y enfrentar desafíos. Suelen tener una buena autoestima, habilidades sociales sólidas y una actitud positiva hacia las relaciones interpersonales.

Apego ansioso o ambivalente

Estas personas tienden a ser muy dependientes de sus parejas y a tener miedo a ser abandonadas.

Suelen buscar mucha cercanía y validación, y pueden sentirse inseguras y ansiosas si no reciben suficiente atención o afecto aunque sus heridas muchas veces no permiten que puedan nutrirse de lo que reciben y por tanto nunca se puedan sentirse suficientemente amadas o aceptadas.

En esta clase de apego, los cuidadores han sido inconsistentes o poco disponibles emocionalmente durante su infancia.

Apego evitativo

Estas personas suelen evitar la intimidad emocional y la cercanía o incluso sentirse amenazadas por las demostraciones de afecto o compromiso por parte de sus parejas.

A menudo se sienten incómodas con la idea de depender de alguien, pueden tener dificultades para expresar y regular sus emociones y pueden ser reservadas o distantes en sus relaciones íntimas.

En su infancia han experimentado cuidadores distantes o rechazantes en su infancia.

Apego desorganizado

Se caracteriza por un comportamiento inconsistente e impredecible en las relaciones íntimas.

Las personas con este estilo de apego en adultos pueden sentir confusión sobre sus sentimientos y necesidades en una relación y tener dificultades para regular sus emociones y sus reacciones, y pueden alternar entre comportamientos ansiosos y evitativos.

Seguramente hayan tenido experiencias traumáticas o abusivas en su infancia, lo que resulta en un comportamiento y sensaciones contradictorios.

Implicaciones psicológicas

Tipos de apego Implicaciones psicológicas
Apego seguro – Mayor resiliencia.
– Mayor capacidad para enfrentar el estrés.
– Mayor satisfacción en las relaciones.
Apego ansioso o ambivalente – Altos niveles de ansiedad y preocupación constante por el abandono.
– Propensión a la sobreexigencia y autocrítica.
– Trastornos de ansiedad.
Apego evitativo – Dificultades para establecer y mantener relaciones cercanas.
– Miedo a la intimidad emocional.
– Patrones de evitación de la cercanía.
Apego desorganizado – Dificultades emocionales y de salud mental más severas.
– Síntomas de estrés postraumático.
– Trastornos disociativos, trastornos de la conducta alimentaria o trastornos de la personalidad.

Y ahora que ya conoces los distintos tipos de apego en los adultos, recuerda que con trabajo personal es posible entender mejor y reducir aquellas sensaciones que te hacen sufrir y que no te permiten relacionarte de la forma que te gustaría. Cuanto más te conozcas y te entiendas, mejor será tu relación contigo y con los demás.