Marcia Tassinari es una reconocida psicóloga brasileña, PhD en Psicología, Psicoterapeuta y profesora en la Universidad de Santa Úrsula (Rio de Janeiro). Es una de las voces más expertas a nivel mundial en el Enfoque Centrado en la Persona. Desde el Instituto Carl Rogers hemos charlado con ella.
Pregunta: Marcia, según tu experiencia, ¿qué crees que distingue el Enfoque Centrado en la Persona (ECP) de otros enfoques terapéuticos?
Respuesta: Para mí, lo que diferencia a la Terapia Centrada en la Persona, incluso de otras terapias humanistas y existenciales, es el enfoque en el cliente. El cliente es la guía principal del trabajo del terapeuta. Por lo tanto, el terapeuta seguirá las pistas que el cliente está dando en una dimensión verbal y no verbal y será su compañero en el viaje. El cliente tiene su poder personal. De hecho, la terapia no dará poder a nadie, permitirá al cliente usar su poder personal, poseerlo. Por lo tanto, él o ella se sentirá cada vez más libre de ejercer su poder de elección, de autonomía, de manejar su propia vida. No hay necesidad de estrategias o diagnóstico una vez que el cliente sepa mejor que nadie acerca de su sufrimiento.
P: ¿Por qué escoges trabajar desde una mirada humanista del hombre y más precisamente desde el ECP?
R: Cuando comencé a estudiar Psicología, me frustraba lo que se enseñaba de manera general, hasta que conocí a un profesor que me presentó la Psicología para humanos. Me recomendó la lectura de On Becoming a Person, de Carl Rogers, y después de leérmelo pensé: es como si este autor escribiera para mí, contestó a casi todas mis preguntas sobre cuál es el propósito de la psicología. Después de eso, comencé a practicar psicoterapia individual y a participar en grupos de encuentro, además de pasar por mi proceso de psicoterapia personal. Conocer otros enfoques me hizo tener más claro que el ECP era mi enfoque para vivir y para trabajar. Es un enfoque que apuesta por la vida. Rogers dice sí a la vida.
P: ¿Le recomendarías a un psicólogo recién graduado que se forme en ECP? ¿Por qué?
R: Por supuesto, no tengo la menor duda. Una vez, una profesora de psicoanálisis de la universidad me dijo que todos los estudiantes de psicología deberían pasar primero por una capacitación del enfoque centrado en la persona para poder aprender mejor y practicar otros enfoques. Creo que esta profesora tenía un 90% de razón. Entiendo el ECP como una forma de vida, por lo que nuestro programa de capacitación debe incluir el desarrollo personal junto con los niveles teóricos y de práctica. Si el psicólogo recién graduado recibe una buena capacitación, se convertirá en una mejor persona y estará listo para ayudar a los demás.
P: Hemos visto que en mayo has sido invitada a brindar un taller sobre desafíos y prácticas del psicoterapeuta en Brasil. ¿Cuáles crees que son los mayores desafíos para un psicoterapeuta en la actualidad?
R: Hoy en día, tenemos que enfrentar muchos desafíos como ciudadanos y como psicólogos.
- La falta de empatía
- La preferencia por las relaciones virtuales
- La creciente tasa de suicidio entre los jóvenes y los ancianos
- Los rápidos cambios tecnológicos (sin tiempo para ser procesados)
- La realidad virtual reemplaza a casi todas las acciones y relaciones
- La cantidad de información que recibimos no puede procesarse adecuadamente y hace que nos distraigamos
- Las innovaciones tecnológicas invaden nuestros hogares, nuestras mentes y nuestras relaciones
- Muchas acciones humanas son clasificadas como trastornos mentales (definidos por el DSM V),
- Los roles sociales, los tipos de familia y las relaciones cambian cada década, sin darnos tiempo para adaptarnos
- La frontera entre lo público y lo privado se vuelve cada vez más tenue
- El consumismo desenfrenado acompaña a las nuevas tecnologías que nos consumen
etc.
Creo que el ECP tiene mucho que ofrecer a la hora de ayudar a las personas a utilizar su potencial para atravesar estos tiempos difíciles, especialmente ofreciendo actividades en grupos como una forma de promover la salud. Padres y maestros parecen estar perdidos, nuestro sistema político también está atravesando una crisis profunda (principalmente en los países de América del Sur) estimulando la alienación, reforzando que las personas no tengan el poder suficiente para cambiar la situación.
P: Nos resulta muy interesante el trabajo que estás haciendo en Río de Janeiro de clínica urgente o servicio psicológico de stand by, en el que ofrecen asistencia psicológica de emergencia a personas de la comunidad que espontáneamente solicitan vuestro servicio sin ningún tipo de programación previa. ¿Cuáles encuentras que son los principales beneficios de trabajar de esta manera?
R: Vivo y trabajo en Río de Janeiro como psicoterapeuta y profesora en la Universidad de Santa Úrsula. Allí también coordino el Programa de Especialización en Psicología Clínica en el Enfoque Centrado en la Persona, donde los estudiantes hacen psicoterapia y el Servicio de Guardia (Stand by Psychological Service). Este Servicio se ofrece a cualquier persona que entre en la Clínica Psicológica de la Universidad. También ofrecemos este tipo de Servicio Psicológico en las calles donde la gente viene a hablar con nosotros.
Es interesante observar que este tipo de Servicio se puede implementar en diferentes contextos, incluso en un solo encuentro. En Brasil, tenemos este tipo de práctica desde los años 70, pero ha sido solo a partir de la última década cuando se ha comenzado a practicar en muchos lugares: hospitales generales y psiquiátricos, escuelas primarias, en las calles, en favelas, en centros de asesoramiento, en privado, en instituciones de custodia, etc.
El concepto de Clínica de Urgencia Psicológica parece encajar perfectamente con las necesidades urgentes de las personas que quieren ser escuchadas sin ser juzgadas. Trabajando con el Stand by Psychological Service estamos desarrollando el concepto de «radicalidad del encuentro» para pensar en una relación auténtica de ayuda psicológica. Los desafíos que mis colegas y yo hemos enfrentado al trabajar con personas socialmente desfavorecidas nos dan la dimensión de la necesidad de revisar algunos conceptos erróneos sobre el funcionamiento psicológico más saludable.
P: En el Instituto Carl Rogers formamos a alumnos de diferentes partes del mundo en psicoterapia humanista y ECP. Nos resulta primordial ofrecerles una formación en la que vayan adquiriendo herramientas para ejercer la psicoterapia, pero principalmente en la que vayan desarrollándose como personas y creciendo en las actitudes básicas de empatía, congruencia y aceptación. Según tu experiencia como formadora y profesora, ¿qué recomendación o consejo le darías a un alumno en formación?
R: Esa es una pregunta buena y a la vez difícil de responder. Por lo general, les digo a mis alumnos que deben ser integrales en el encuentro y dejar de lado algunas suposiciones radicales
- Que dejen de lado todo lo que han aprendido sobre psicología hasta ese momento, especialmente las categorías de diagnóstico;
- Que dejen de lado sus valores y construcciones personales
- Que dejen a un lado la vida concreta y objetiva de sus clientes
La expresión «dejar de lado» es más metafórica, y señala la imperativa necesidad de alejarse de la forma natural de acercamiento a una persona para adoptar un ECP. Estas propuestas son necesarias para involucrarse en la tarea compleja y multidimensional de escuchar y comprender al otro en su realidad más profunda, ¡además de que promueve un encuentro profundo!