La empatía: una característica que debe tener todo terapeuta
Decía Carl Rogers que es importante vivir las emociones que podría tener la gente y hacer el esfuerzo de colocarse en la propia situación interna que puede estar vivenciando y hacerlo de tal manera que el otro se sienta comprendido y no juzgado.
Coincidimos con Romero en que se trata de desarrollar esa capacidad, esa forma particular de sentir de los demás, de percibir esos deseos, intenciones, pensamientos, los cuales tienen que ir desarrollando los estudiantes practicantes o internos de psicología, pues ellos estarán, en algún momento, frente a frente con sus pacientes, clientes o usuarios, y tendrán que aplicar esta capacidad o competencia para poder ayudarlos a cumplir sus objetivos. (Romero 2018)
Empatía cognitiva y empatía emocional
La empatía, la autenticidad y una visión positiva incondicional son, a su vez, cualidades esenciales que un terapeuta debería presentar idealmente (Rogers, 1974). Dentro de la literatura enfatizaremos el concepto de empatía, analizado desde una perspectiva bidimensional, distinguiendo entre empatía cognitiva y emocional.
Según Gladstein (1983), la empatía cognitiva consiste en una percepción de la realidad del cliente desde su punto de vista, y la empatía emocional se refiere a la capacidad de sentir con él, manteniendo la distancia emocional necesaria para no identificarse/mezclarse/perderse en el cliente.
De acuerdo con Gladstein, para que un terapeuta establezca una relación empática con el cliente, necesita percibir las emociones que expresa, para luego devolver la información recibida y pensar en colaboración con él, demostrando su participación en la comunicación y la comprensión empática. Este punto de vista es reforzado por Greenberg cuando afirma que la empatía, entendida desde esa visión bidimensional, es una característica que deben tener los terapeutas, ya que es efectiva para establecer la comunicación emocional con el cliente y además ayuda al terapeuta a reflexionar sobre sus emociones (Greenberg, 2009).
Para que un terapeuta sea empático, no puede limitarse a reflexionar sobre los pensamientos del cliente, tiene que ser capaz de resonar emocionalmente con la experiencia del cliente (Gilbert & Leahy, 2009), de modo que desarrolle un sentimiento de aceptación personal. y experimente una «experiencia emocional correctiva» (Kohut, 1984, citado por Cormier et al., 2009), es decir, que pueda comprender que sus emociones son válidas y tienen sentido (Bohart y Greenberg, 1997).
Los estudiantes de psicología, como futuros terapeutas, deben evitar uno de los errores que nos resalta Bennett-Levy, que no es otro que darse cuenta de que los terapeutas inexpertos, tienden a dar prioridad a las técnicas, en detrimento de la empatía (Bennett-Levy y Thwaites, 2009).
La empatía se entrena
Para ser más empático Miguel y Noronha (Miguel & Noronha, 2006) afirman que la empatía, y por ende la capacidad de reconocer las emociones, aumenta con el entrenamiento.
Machado (Machado, et al. 1999) observó que los terapeutas entrenados pueden inferir el significado emocional en ausencia de pistas contextuales, mientras que los no entrenados (estudiantes de psicología) tienen dificultades, o incluso no lo hacen.
Dicho entrenamiento puede consistir en practicar como «terapeuta» el ponerse en el marco del otro (reflejarle sus sensaciones, sentimientos, pensamiento, deseos, necesidades) y que el otro nos dé un feedback sincero (para ello es importante que sea un lugar seguro libre de juicios). Es interesante que observadores también den feedback porque pueden observar otros sesgos del terapeuta…
También ayuda en el entrenamiento de la empatía hacer trabajo personal para poder distinguir bien cuales son nuestros temas pendientes, nuestros pensamientos-creencias… y así no mezclarlos con los del otro.
La práctica y el entrenamiento tiene traslación a los estudios como demuestran Alligood y Pike ya que encontraron puntuaciones más altas para la empatía cognitiva y afectiva en los psicólogos profesionales en comparación con los psicólogos científicos, debido a que las personas orientadas a las personas obtuvieron puntajes más altos (Alligood, 1992; Pike, 1990)
La empatía es un atributo importante para los terapeutas para establecer una buena relación y comprender mejor a sus clientes. Sin embargo, la empatía puede verse comprometida por altas cargas de trabajo, estresores personales y presiones para demostrar eficacia. (Brown, et al. 2010). En el estudio de Brown se acreditó que los estudiantes de psicología tienen un nivel medio de empatía medida con el test Jefferson Scale of Physician Empathy (JSPE) (Hojat et al., 2002a, b) and the Medical Condition Regard Scale (MCRS). (Christison et al., 2002).
En esa línea Corrales-Felipe, (Corrales-Felipe, et al.,2019) mide la empatía de estudiantes de psicología de dos universidades peruanas, la Cesar Vallejo y la Católica Sedes Sapientiae, a través del test de Cuestionario de Reactividad Interpersonal (IRI) que fue creado por Davis (1980) presentando en ambas, niveles medios de empatía en un promedio del 60 % de los estudiantes. Es por ello que se concluye en ambos estudios con la sugerencia de seguir practicando la empatía.
Además de algunos de los beneficios vistos, desarrollarse y entrenarse en empatía es importante puesto que esta se ha relacionado con mejores resultados del tratamiento psicoterapéutico (Elliot, et al., 2011).
Bibliografía
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- Bohart, A. C., & Greenberg, L. S. (1997). Empathy: Where are we and where do we go from here? In A. C. Bohart, L. S. Greenberg, A. C. Bohart, L. S. Greenberg (Eds.), Empathy reconsidered: New directions in psychotherapy (pp. 419-449). American Psychological Association. doi:10.1037/10226-031
- Brown, T., Williams, B., Boyle, M., Molloy, A., McKenna, L., Molloy, L., Lewis, B.,(2010) Levels of Empathy in Undergraduate Occupational Therapy Students, Wiley Online Library (wileyonlinelibrary.com) DOI: 10.1002/oti.297
- Christison GW, Haviland MG, Riggs ML (2002). The Medical Condition Regard Scale: measuring reactions to diagnoses. Academic Medicine 77(3): 257–262.
- Corrales-Felipe, H, et al, (2019) Empathy among psycology students from two peruvian Universities, Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2019 / Vol 9 / N° 1 / pp. 31-44 ISSN 2306-0565 versión impresa / ISSN 2311-7397 versión on line
- Cormier, S., Nurius, P., & Osborn, C. (2009). Interviewing and change strategies for helpers: Fundamental skills and cognitive behavioral interventions. Australia: Thompson Brooks.
- Davis, M. (1980). A Multidimensional Approach to Individual Differences in Empathy. JSAS Catalog of Selected Documents in Psychology, Fetzer Institute.
- Elliot, R., Bohart, A.C., Watson, J.C., & Greenberg, L.S. (2011). Empathy. Psychotherapy, 48(1), 43-49. doi:10.1037/a0022187
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- Machado, P., Beutler, L. E., & Greenberg, L. S. (1999). Emotion recognition in psychotherapy: Impact of therapist level of experience and emotional awareness. Journal of Clinical Psychology, 55(1), 39-57.
- Miguel, F. K., & Noronha, A. P. P. (2006). Estudo da inteligência emocional em cursos universitários. In A. P. Soares, S. Araújo & S. Caires (Eds.). Avaliação psicológica e contextos (pp. 613-619). Braga, Portugal: Psiquilíbrios.
- Pike, A.W. (1990). On the nature and place of empathy in clinical nursing practice. Journal of Professional Nursing, 6(4), 235-240. doi:10.1016/S8755-7223(05)80169-3
- Rogers, C. R. (1974). A terapia centrada no paciente (M. C. Ferreira, Trad.). Lisboa: Moaes Editores. (Obra original publicada em 1951)
- Romero, K. (2018). Empatía y síndrome de desgaste profesional (burnout) en docentes de educación básica regular de Lima Metropolitana (Tesis de Maestría) Universidad Antonio Ruiz De Montoya, Perú.